Pesadilla financiera en Boyacá: Profesora al borde de la ruina por ser codeudora

En una tranquila vereda de Paipa, Boyacá, Ana Mercedes Pérez, una dedicada profesora, está viviendo una pesadilla que amenaza con destruir sus sueños de jubilación. Lo que comenzó como un acto de confianza hacia un colega, Héyder Carlosama, se ha transformado en una deuda millonaria que la persigue implacablemente.

Según Pulzo.com, la historia de Ana Mercedes es un claro recordatorio de los riesgos que implica ser codeudor de un crédito. En 2008, Pérez accedió a firmar como codeudora para un crédito educativo que Carlosama necesitaba para financiar sus estudios de doctorado en la Universidad de Berkeley, Estados Unidos. Lo que parecía un simple gesto de apoyo se convirtió en un calvario financiero, emocional y de salud.

¿Cómo se originó la deuda?

Héyder Carlosama no solo incumplió con el pago del crédito, sino que también abandonó sus estudios y desapareció, dejando a Ana Mercedes como la única responsable de una deuda que, según reportes judiciales recogidos por El Espectador, comenzó en 320 millones de pesos en 2015 y que, con los intereses acumulados, ha escalado hasta alcanzar la asombrosa suma de 1.200 millones de pesos.

«Yo firmé papeles. Yo solo miré el programa que él tenía que hacer, el proyecto que tenía me parecía muy interesante y acorde con la escuela de Ingeniería Geológica», confesó Pérez a El Espectador.

El embargo y las consecuencias

La Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC), respaldada por el Juzgado 4 Civil del Circuito de Tunja, inició un proceso ejecutivo contra Pérez en 2016, embargando los derechos de uso de su lote en Paipa, el único bien que poseía para asegurar su futuro, según informa Pulzo.

El caso de Ana Mercedes no es solo una cuestión económica; la deuda ha tenido un profundo impacto en su salud emocional, generando problemas derivados del estrés constante. La defensa de Pérez, liderada por su abogado, está explorando dos posibles soluciones: localizar a Héyder Carlosama o lograr una conciliación con la UPTC.

¿Qué implica ser codeudor en Colombia?

En Colombia, la figura del codeudor implica una gran responsabilidad. Según la información proporcionada por Redacción Nación de Pulzo, si el deudor principal no paga, el codeudor debe asumir la obligación financiera. Esto significa que:

  • Se tiene una responsabilidad solidaria, y el acreedor puede exigir el pago total de la deuda.
  • El acreedor puede contactar directamente al codeudor para cubrir las cuotas vencidas o el total de la deuda.
  • El impago puede afectar el historial crediticio del codeudor, dificultando su acceso a futuros créditos.
  • El acreedor puede iniciar un proceso judicial contra el codeudor para recuperar el dinero, incluyendo embargos de bienes, cuentas bancarias o salarios.

El futuro incierto de Ana Mercedes

Mientras la UPTC no ha emitido un pronunciamiento público sobre el caso, el proceso legal continúa su curso. El abogado de Pérez resume la situación con crudeza: «El proceso solo terminará si Héyder aparece, si hay conciliación, si se paga la deuda o con la muerte de los involucrados».

La historia de Ana Mercedes Pérez es una advertencia sobre los riesgos de firmar como codeudor. Un acto de confianza que se ha convertido en una pesadilla que amenaza con arruinar su vida y sus sueños de un retiro tranquilo. La situación de esta profesora en Boyacá resalta la importancia de comprender las implicaciones legales y financieras antes de asumir la responsabilidad de ser codeudor de un crédito.

¿Qué alternativas existen para evitar este tipo de situaciones?

Ante este tipo de situaciones, es crucial explorar alternativas y buscar asesoría legal antes de firmar como codeudor. Algunas opciones incluyen:

  1. Solicitar garantías adicionales al deudor principal.
  2. Investigar a fondo la capacidad de pago del deudor.
  3. Considerar seguros de crédito que protejan al codeudor en caso de incumplimiento.
  4. Buscar alternativas de financiación que no requieran un codeudor.

En última instancia, la historia de Ana Mercedes Pérez nos invita a reflexionar sobre la importancia de la prudencia y la precaución al tomar decisiones financieras que pueden tener consecuencias devastadoras.