La Crisis de Vivienda en Europa: ¿Es Airbnb el Chivo Expiatorio?
En el corazón de Europa, una tormenta se está gestando en el mercado inmobiliario. Ciudades emblemáticas como Lisboa, Barcelona y Venecia están considerando medidas drásticas, incluyendo la prohibición de plataformas de alquiler turístico como Airbnb, en un intento desesperado por frenar la creciente escasez de vivienda y el alza vertiginosa de los precios. La pregunta que resuena en las calles y en los parlamentos es: ¿es Airbnb realmente el culpable, o es un síntoma de problemas estructurales más profundos?

El Descontento Ciudadano en Aumento
Desde hace años, los residentes de las zonas más turísticas están alzando la voz, exigiendo la prohibición de plataformas como Airbnb. Según Grupo Milenio (2024), el número de reservaciones en Europa sigue aumentando, lo que impacta directamente en el costo de la vivienda. En Lisboa, por ejemplo, António Gori, un residente local, se unió a cientos de manifestantes en 2019 para protestar contra la precaria situación de la vivienda. Gori y otros miembros del grupo activista Habitat denunciaban cómo los precios de las propiedades se habían disparado tras el rescate financiero de Portugal en 2011, expulsando a muchos residentes del mercado. El auge del turismo, impulsado en parte por Airbnb, no hizo más que agravar la situación.
A pesar de los intentos del ayuntamiento de Lisboa de restringir las licencias de alquiler vacacional en algunos distritos históricos, la escasez de vivienda solo ha empeorado. «Ahora está afectando a la clase media», lamenta Gori. Un referéndum municipal sobre la prohibición total del alquiler vacacional fue bloqueado por el Tribunal Constitucional portugués, mientras que las reservas en la ciudad se acercan a los niveles prepandémicos, evidenciando la magnitud del problema.

La Lucha por el Equilibrio: Regulación vs. Beneficios Económicos
Mientras las ciudades europeas luchan por gestionar el resurgimiento del turismo masivo, las plataformas de alquiler vacacional vuelven a estar en el punto de mira. En España, miles de personas protestaron durante las vacaciones de Semana Santa, exigiendo la expulsión de Airbnb de sus barrios. En Roma, activistas anónimos colocaron cajas de seguridad en el exterior de apartamentos turísticos como forma de protesta.
Olga Kefalogianni, ministra griega de Turismo, reconoce la necesidad de «encontrar el equilibrio adecuado». En enero, Grecia introdujo una prohibición de un año para nuevos registros de alquileres vacacionales de corto plazo en Atenas. «Es importante permitir que estas personas alquilen sus viviendas secundarias para obtener beneficios económicos, pero también es necesario garantizar que los residentes locales tengan acceso a alojamiento», afirma Kefalogianni. Sin embargo, este equilibrio ha sido difícil de alcanzar, con una falta de coordinación entre los gobiernos locales y nacionales, que a menudo tienen prioridades contrapuestas.
El Caso de Barcelona: Prohibición Total a la Vista
Barcelona ha llevado estas disputas a un punto crítico, estando en proceso de prohibir por completo los alquileres de corta estancia. El ayuntamiento, que no ha otorgado nuevas licencias para apartamentos turísticos desde 2014, planea eliminar por completo sus aproximadamente 10 mil licencias existentes para 2028. Esta medida ha provocado la protesta de grupos de presión y ha generado críticas por parte de la Comisión Europea, que considera que la legislación prevista «no es adecuada para lograr el objetivo de combatir la escasez de vivienda» (Sugiura, 2024).
Ron Klain, director jurídico de Airbnb, se une a las críticas, argumentando que no hay evidencia de que limitar el alquiler de habitaciones libres genere más viviendas a largo plazo. «Corremos el riesgo de un exceso de regulación en algunas ciudades europeas, y será contraproducente», añade Klain, «Utilizar como chivos expiatorios a los que alquilan sus viviendas para ganar dinero adicional es una política equivocada».
Venecia: Un Desierto Social en Construcción
Venecia, un destino emblemático, enfrenta desafíos aún mayores. Aunque la mayoría de sus 30 millones de turistas anuales son visitantes de un solo día, las reservas de alquiler a corto plazo superaron los niveles prepandémicos en 2024. En algunos distritos, casi una de cada tres viviendas se alquila para estancias cortas. La población residente en el centro histórico ha disminuido drásticamente, pasando de 175 mil personas en 1951 a 48 mil 500 en 2024.
Giovanni Leone, activista local de Alta Tensione Abitativa, denuncia que Venecia se está convirtiendo en un «desierto». «Estamos perdiendo el carácter social de la ciudad y nos estamos convirtiendo en un desierto», afirma. El grupo activista aboga por una política nacional que permita a las administraciones locales limitar los alquileres a corto plazo. Simone Venturini, alcalde suplente de Venecia, reconoce que «hay diferentes niveles de gobierno involucrados» y que el parlamento nacional no siente la presión de la gente.
El Ejemplo de Nueva York: Medidas Drásticas y Consecuencias Económicas
Al otro lado del Atlántico, Nueva York ha implementado medidas drásticas para regular los alquileres a corto plazo, pero no sin consecuencias económicas adversas. En septiembre de 2023, la ciudad prohibió alquilar viviendas por menos de 30 días, a menos que el anfitrión también resida en la propiedad. Esta medida provocó una reducción sustancial en el número de propiedades de alquiler a corto plazo anunciadas en Airbnb, pero también un aumento en los precios de los hoteles.
Jan Freitag, analista de CoStar Group, señala que el precio promedio de una habitación de hotel en Nueva York aumentó significativamente, mientras que la ocupación hotelera también creció. Jamie Lane, economista jefe de AirDNA, observa que el mercado simplemente se desplazó hacia Nueva Jersey, afectando desproporcionadamente a los viajeros con presupuestos más ajustados.
¿Una Solución Real o un Parche Temporal?
La prohibición de Airbnb y otras plataformas de alquiler turístico puede parecer una solución rápida y efectiva para la crisis de vivienda en Europa. Sin embargo, la experiencia de ciudades como Ámsterdam, Edimburgo y Dublín sugiere que estas medidas pueden no ser suficientes para abordar los problemas estructurales subyacentes, como la falta de oferta de viviendas y las estrictas regulaciones urbanísticas.
Mientras tanto, la demanda turística no muestra señales de disminuir. Como señala Blake Reiter, director de investigación del sector de hospitalidad de Lighthouse, «las viviendas vacacionales están muy arraigadas en la cultura europea» y «la demanda no va a desaparecer».
La Unión Europea ha adoptado una regulación que exige a las plataformas de alquiler vacacional compartir información con las autoridades locales, lo que podría ayudar a comprender mejor el impacto de las casas de vacaciones y el turismo excesivo. Viktorija Molnar, secretaria general en funciones de European Holiday Home Association, aboga por un enfoque «basado en pruebas y datos, en lugar de en emociones y retórica populista». Al final, encontrar una solución sostenible requerirá un enfoque equilibrado que tenga en cuenta tanto las necesidades de los residentes locales como los beneficios económicos del turismo.