Tensiones Transatlánticas: EE. UU. Critica el Acercamiento de España a China

En un contexto global marcado por la incertidumbre económica y las crecientes tensiones comerciales, la relación entre Estados Unidos y España se encuentra en un punto de inflexión. Scott Bessent, Secretario de Estado de Comercio de Estados Unidos, ha expresado públicamente su descontento con la reciente aproximación del gobierno español hacia China. Sus declaraciones, realizadas durante una conferencia de la Asociación de Banqueros de EE. UU. en Nueva York, no han pasado desapercibidas, generando un debate sobre la dirección de la política exterior española y sus posibles consecuencias.

El Contexto de las Críticas

Las críticas de Bessent se producen en un momento en que la administración estadounidense, liderada por el presidente Donald Trump, está implementando una agresiva política arancelaria con el objetivo de proteger la industria nacional y reequilibrar las relaciones comerciales. En este escenario, la visita del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a Vietnam y China, donde expresó su respaldo a una mayor cooperación con el gigante asiático, ha sido interpretada como un desafío directo a la postura de Washington.

Según María Antonia Sánchez-Vallejo (2025), periodista de El País, las declaraciones de Sánchez en las que sugirió que Europa debería cambiar su enfoque hacia China, buscando alianzas más equilibradas, han resonado negativamente en la Casa Blanca. La respuesta china, imponiendo aranceles del 84% a productos estadounidenses, no ha hecho más que exacerbar las tensiones y reforzar la percepción de que China está escalando en el sistema de comercio global (Sánchez-Vallejo, 2025).

«Cortarse el Cuello»: Una Metáfora Contundente

Bessent fue particularmente enfático en su crítica, llegando a afirmar que alinearse más con China sería «cortarse su propia garganta». Esta contundente metáfora refleja la preocupación de Washington ante la posibilidad de que sus aliados, incluyendo España, se acerquen a un país al que consideran un competidor estratégico y un actor desleal en el comercio internacional.

El Secretario de Estado de Comercio comparó el modelo de negocio chino con la famosa escena de la película de Disney donde las escobas, descontroladas, inundan el estudio. «Siguen produciendo y produciendo y tirando y tirando, y eso va a alguna parte», afirmó Bessent, refiriéndose al dumping y a la inundación de productos chinos baratos en el mercado estadounidense (Sánchez-Vallejo, 2025).

¿España en la Mira?

Las palabras de Bessent también sugieren que España podría no estar considerada entre los «buenos aliados militares» de EE. UU. Esto se deduce de su referencia a la reticencia de España, como miembro de la OTAN, a destinar el 5% de su PIB a la organización, cumpliendo así con el mandato de Trump. Las declaraciones de Sánchez en Hanói, buscando un acercamiento a China, tampoco encajan con la imagen de un «perfecto aliado económico» (Sánchez-Vallejo, 2025).

Implicaciones para España

Esta crítica desde Washington plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones bilaterales entre España y Estados Unidos. ¿Cómo afectará esta tensión a la cooperación en materia de seguridad, comercio e inversión? ¿Podrá España mantener su apuesta por diversificar sus alianzas sin comprometer su relación con su aliado tradicional?

La respuesta a estas preguntas dependerá de la capacidad de ambos gobiernos para encontrar puntos en común y gestionar sus diferencias. España, como miembro de la Unión Europea y de la OTAN, se enfrenta al desafío de equilibrar sus intereses con los de sus socios y aliados, en un mundo cada vez más complejo e interconectado.

El Futuro de las Relaciones Transatlánticas

Las tensiones entre Estados Unidos y España son un reflejo de los desafíos que enfrenta el orden internacional. La emergencia de China como potencia global, las disputas comerciales y las diferencias en materia de política exterior están poniendo a prueba las alianzas tradicionales y obligando a los países a redefinir sus estrategias.

  • La postura de España: España se enfrenta a la disyuntiva de equilibrar sus relaciones con EE. UU. y China.
  • Las implicaciones económicas: Las tensiones comerciales podrían afectar a las inversiones y el comercio entre los países.
  • La respuesta de la Unión Europea: La UE podría jugar un papel importante en la mediación y en la búsqueda de soluciones multilaterales.

En este contexto, el diálogo y la diplomacia se vuelven más importantes que nunca. Solo a través de la negociación y el entendimiento mutuo se podrá evitar una escalada de las tensiones y construir un futuro de cooperación y prosperidad compartida.

Referencia:

Este artículo se publica bajo los principios de ética periodística y verificación de hechos de Ediciones EL PAÍS S.L.