La economía española enfrenta riesgos significativos por la guerra comercial, según Funcas
La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) está advirtiendo que la economía española podría estar perdiendo hasta 1,2 puntos porcentuales de su Producto Interno Bruto (PIB) entre 2025 y 2026 como consecuencia directa del creciente conflicto arancelario a nivel global. Carlos Ocaña, director general de Funcas, está describiendo la situación como una «crisis autoinfligida», subrayando que la incertidumbre actual depende en gran medida de decisiones políticas externas y, por ende, está incrementando el margen de error en las proyecciones económicas (Maqueda, 2025).

Escenarios económicos ante la incertidumbre
Ante este panorama, los analistas de Funcas están delineando dos posibles escenarios. En el primero, considerado el más probable, no se prevé una escalada adicional en las medidas proteccionistas. Los aranceles, por lo tanto, se mantendrían en los niveles actuales, incluyendo los incrementos generalizados del 10% y las tasas específicas aplicadas a productos como el acero, el aluminio y los automóviles. Además, aunque se anticipa una restricción importante en el comercio entre Estados Unidos y China, se espera que se produzca una cierta flexibilización en las medidas que afectan a las importaciones tecnológicas.
Funcas está argumentando que una mayor intensificación del proteccionismo se evitaría debido a la presión ejercida por los mercados. «No es la intención del Gobierno americano hundir los mercados. Cuando se han dado grandes correcciones, han reculado y eso nos hace pensar que podrían no ir mucho más allá», está explicando Ocaña (Maqueda, 2025).

Impacto actual y proyecciones futuras
A pesar de este escenario relativamente optimista, los impactos de la guerra arancelaria ya se están sintiendo en los mercados, afectando de manera tangible al comercio internacional. El tráfico marítimo de mercancías, un indicador clave del comercio global, está mostrando una disminución del 19% en comparación con la misma semana del año anterior. Como resultado, se está proyectando que la economía española experimentará una pérdida de siete décimas de crecimiento entre 2025 y 2026 en este escenario base.
No obstante, Funcas está proyectando que la economía española seguirá creciendo, aunque a un ritmo más moderado. Se espera un crecimiento del 2,3% para este año, tres décimas menos de lo que se habría anticipado sin el conflicto arancelario, y un 1,9% para el próximo año, cuatro décimas menos. Estos crecimientos, aunque menores, seguirán siendo significativos gracias al impulso del consumo interno, impulsado por el aumento de las rentas, el ahorro acumulado y la inmigración. Además, el sector de la construcción está mostrando signos de recuperación, aunque todavía se encuentra lejos de los niveles necesarios para resolver la crisis de vivienda.
Escenario pesimista: Deterioro de la inversión
Funcas también está contemplando un escenario menos favorable en el que la incertidumbre se prolonga debido a los continuos anuncios y contraanuncios en materia comercial. En este contexto, se producirían efectos indirectos negativos sobre el consumo de bienes duraderos y, especialmente, sobre la inversión. Para analizar este escenario, Funcas está tomando como referencia las consecuencias que tuvo la crisis del euro en Alemania, aplicando esa hipótesis a España para medir los posibles efectos indirectos. El resultado principal sería un deterioro de la inversión en equipo, lo que restaría aproximadamente cinco décimas al crecimiento económico entre este año y el próximo.
En este escenario más pesimista, la economía española podría perder hasta 1,2 puntos porcentuales de crecimiento en el bienio 2025-2026, con avances del PIB más modestos pero aún positivos: un 2% en 2025 y un 1,4% en 2026 (Maqueda, 2025).
Fortalezas y vulnerabilidades de la economía española
Funcas está destacando que la economía española se encuentra en una posición relativamente favorable para afrontar estos desafíos, gracias a un impulso expansivo que, de no ser por la crisis arancelaria, habría llevado a una revisión al alza de las previsiones de crecimiento. Esta fortaleza permitirá a España enfrentar la incertidumbre mejor que otros países europeos más dependientes de la demanda estadounidense. A modo de ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) está previendo que Alemania no experimentará crecimiento económico este año.
Según Funcas, el conflicto arancelario está generando una doble perturbación. En primer lugar, una disrupción comercial significativa, caracterizada por un incremento abrupto y generalizado de los aranceles, que están volviendo a niveles similares a los de la década de 1930. Esta situación se está combinando con una fuerte apreciación del euro. «Entre los dos efectos hemos perdido un 20% de competitividad con Estados Unidos», está explicando Raymond Torres, director de coyuntura económica de Funcas (Maqueda, 2025).
Si bien Torres está señalando que el comercio con Estados Unidos tiene un efecto directo moderado en la economía española, la incertidumbre generada por el conflicto está provocando impactos indirectos que son más difíciles de cuantificar y que, a su vez, están agravando los riesgos. La experiencia previa con los aranceles impuestos a la aceituna por la administración Trump ya demostró cómo la producción puede desviarse hacia otros países. En esta ocasión, sin embargo, se trata de una guerra comercial global, lo que implica un deterioro generalizado y una competencia exacerbada a medida que los países intentan reubicar sus mercancías.
Otros efectos macroeconómicos
Aunque no se ha observado una crisis financiera hasta el momento, se está evidenciando un impacto en el tránsito de mercancías, y las encuestas de confianza ya están indicando una paralización en las decisiones de consumo e inversión. La mera interrupción de los intercambios comerciales entre China y Estados Unidos ya supondría un golpe significativo para la economía global. De hecho, los datos preliminares de la Reserva Federal de Atlanta están sugiriendo un estancamiento de la economía estadounidense en el primer trimestre (Maqueda, 2025).
En cuanto a la inflación en España, se espera que se modere, gracias a la apreciación del euro, el abaratamiento de las materias primas, la moderación de los salarios en un contexto de incertidumbre y la desviación de productos asiáticos hacia Europa, lo que presionará los precios a la baja. A pesar de una posible reducción del superávit comercial, este seguirá siendo positivo. Se prevé que el déficit público se reducirá más lentamente, incluso sin tener en cuenta el reciente aumento del gasto en defensa. Finalmente, se estima que la creación de empleo se situará en torno a los 360.000 puestos de trabajo al año, en comparación con los 550.000 generados en los dos últimos ejercicios.