México está cumpliendo con el tratado de aguas de 1944: ¿Qué significa para los estados del norte?

Después de intensas negociaciones y presiones por parte de Estados Unidos, México está avanzando en el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944. Este acuerdo bilateral, crucial para la gestión de recursos hídricos compartidos, ha sido objeto de debate en los últimos meses, especialmente ante las condiciones de sequía que afectan a diversas regiones. El gobierno mexicano, liderado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha delineado una estrategia para asegurar el suministro de agua a Texas, cumpliendo con las obligaciones del tratado, mientras se mitigan los impactos en los estados mexicanos que dependen de las mismas fuentes hídricas.

Contexto del Tratado de Aguas de 1944

El Tratado de Aguas de 1944 establece un marco de cooperación entre México y Estados Unidos para la distribución de las aguas de los ríos Bravo y Colorado. Según este acuerdo, México entrega agua a Estados Unidos desde el Río Bravo, mientras que Estados Unidos hace lo propio con aguas del Río Colorado. Sin embargo, el cumplimiento de estas cuotas puede verse afectado por factores como la sequía y la variabilidad climática.

Según la Redacción de El Financiero, la presión de Estados Unidos se intensificó en las últimas semanas, llevando a México a priorizar el cumplimiento de sus compromisos. La presidenta Claudia Sheinbaum, citada por El Financiero, había anticipado que se estaba analizando una propuesta para alcanzar un acuerdo que permitiera a México entregar agua a Texas a través de sus embalses internacionales y afluentes del Río Bravo (Redacción, 2025).

¿De dónde provendrá el agua?

La Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos (CILA) ha indicado que el agua para cumplir con el tratado provendrá de dos presas internacionales: La Amistad y Falcón. Además, se espera que seis afluentes mexicanos del Río Bravo contribuyan al suministro. El Río Conchos, un afluente crucial para el campo en Chihuahua y Durango, jugará un papel fundamental en este proceso.

Impacto en los estados de Coahuila, Tamaulipas y Chihuahua

El cumplimiento del tratado no está exento de desafíos, especialmente para los estados de Coahuila, Tamaulipas y Chihuahua, que se verán más directamente afectados por la cesión de agua. Estas entidades, que ya enfrentan problemas de escasez hídrica, deberán equilibrar sus propias necesidades con el compromiso internacional de México.

El gobierno mexicano, según El Financiero, está priorizando el suministro de agua a las poblaciones afectadas por la sequía en el norte del país. Sin embargo, el acuerdo alcanzado implica que una parte del agua se destinará a Estados Unidos para cumplir con el tratado vigente desde 1944 (Redacción, 2025).

Posibles consecuencias de no cumplir con el tratado

El incumplimiento del Tratado de Aguas de 1944 podría acarrear consecuencias económicas y políticas para México. El presidente Donald Trump, durante su mandato, había amenazado con sanciones y aranceles adicionales si México no cumplía con sus obligaciones. Si bien las tensiones actuales son menores, es crucial mantener una relación bilateral estable en materia de recursos hídricos.

Alternativas y soluciones a largo plazo

Para garantizar el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944 sin comprometer el suministro interno, México está explorando diversas alternativas, tales como:

  • Inversión en infraestructura hídrica para mejorar la eficiencia en el uso del agua.
  • Fomento de prácticas agrícolas sostenibles que reduzcan el consumo de agua.
  • Desarrollo de fuentes alternativas de agua, como la desalinización.
  • Implementación de programas de conservación del agua a nivel doméstico e industrial.

Conclusión

México está tomando medidas para cumplir con sus obligaciones bajo el Tratado de Aguas de 1944, a pesar de los desafíos que plantea la sequía y la creciente demanda de agua. La cooperación entre México y Estados Unidos es esencial para garantizar la gestión sostenible de los recursos hídricos compartidos. El éxito de esta gestión dependerá de la capacidad de ambos países para encontrar soluciones innovadoras y equitativas que satisfagan las necesidades de sus poblaciones y protejan el medio ambiente.