Profeco alerta sobre el consumo de bebidas endulzadas en niños: ¿Qué riesgos están corriendo?

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se encuentra actualmente intensificando su escrutinio sobre las bebidas saborizadas y jugos envasados dirigidos al público infantil. Esta acción responde a la creciente preocupación por los posibles riesgos para la salud que representan los endulzantes añadidos en estos productos. Según un reciente estudio de calidad realizado por la Profeco, se ha detectado que un número significativo de estas bebidas contienen endulzantes no recomendables para los niños, lo que ha encendido las alarmas entre las autoridades y los consumidores.

¿Qué encontró Profeco en su análisis?

El análisis de Profeco abarcó 51 productos diferentes, revelando que 31 de ellos contienen endulzantes que podrían ser perjudiciales para la salud de los menores. Diyeth Arochi (2025), periodista de El Imparcial, reporta que estos endulzantes se utilizan para intensificar el sabor dulce de los alimentos y bebidas, pero su consumo regular en niños podría acarrear consecuencias negativas a largo plazo (Arochi, 2025).

Entre los endulzantes identificados, se encuentran tanto opciones calóricas naturales, como los polioles (sorbitol, xilitol, malitol, isomalitol y tagatosa), y artificiales calóricos, como el lactitol y el jarabe de policiglitol. También se detectaron endulzantes no calóricos, como los glucósidos de esteviol (stevia), fruta del monje y eritritol, así como artificiales como el aspartame, sucralosa, sacarina, neotame, acesulfame k, ciclamato, nehosperidina DC, alitame y advantame.

Los riesgos de los endulzantes no calóricos

Aunque los endulzantes no calóricos se comercializan como una alternativa saludable al azúcar, la Profeco advierte que su consumo excesivo puede tener efectos metabólicos adversos. Estos efectos incluyen la disminución de la sensibilidad a la insulina y el aumento de la concentración de glucosa en sangre, lo que podría aumentar el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y, eventualmente, diabetes tipo 2.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2023), el uso prolongado de edulcorantes no nutritivos no confiere ningún beneficio para la salud a largo plazo, como la reducción de la grasa corporal en adultos o niños. La OMS recomienda reducir el consumo de azúcares libres y edulcorantes para mejorar la salud.

¿Cómo saber si una bebida contiene endulzantes no recomendables?

La Profeco insta a los padres y cuidadores a leer detenidamente las etiquetas de los productos antes de comprarlos. Es fundamental identificar las leyendas precautorias y prestar atención a la lista de ingredientes para detectar la presencia de endulzantes artificiales. El Imparcial (2025) destaca la importancia de esta medida preventiva para proteger la salud de los niños (El Imparcial, 2025).

Recomendaciones de la Profeco:

  • Evitar el consumo de bebidas saborizadas, especialmente aquellas con azúcares añadidos o endulzantes artificiales.
  • En caso de consumir estas bebidas, hacerlo de forma esporádica y en pequeñas cantidades.
  • Priorizar el consumo de agua natural y frutas frescas como alternativas saludables.

La postura de la industria alimentaria

Ante la creciente preocupación por los efectos de los endulzantes en la salud, algunas empresas de la industria alimentaria están explorando alternativas más saludables y transparentes. Sin embargo, la Profeco enfatiza la necesidad de una mayor regulación y control sobre el uso de estos ingredientes, así como una mayor claridad en el etiquetado de los productos.

El papel de los padres y educadores

La educación nutricional juega un papel crucial en la promoción de hábitos alimentarios saludables desde la infancia. Es fundamental que los padres y educadores informen a los niños sobre los riesgos del consumo excesivo de azúcares y endulzantes, y fomenten la elección de alimentos y bebidas nutritivas.

¿Qué está haciendo el gobierno?

El gobierno mexicano, a través de la Profeco y otras instituciones de salud, está implementando diversas estrategias para proteger la salud de los consumidores. Estas estrategias incluyen la realización de estudios de calidad, la promoción de campañas de información y la regulación del etiquetado de alimentos y bebidas. Se espera que estas acciones contribuyan a reducir el consumo de endulzantes no recomendables y a mejorar la salud de la población infantil.

Como concluye la Profeco, el bienestar de los niños depende de decisiones informadas y un compromiso colectivo para promover una alimentación saludable. La vigilancia y la información son las mejores herramientas para proteger a los más vulnerables.