España se divide en reacciones tras la muerte del Papa Francisco

El fallecimiento del Papa Francisco ha desatado una ola de reacciones en España, poniendo de manifiesto una clara división ideológica en la forma en que diferentes sectores políticos despiden al pontífice. Mientras la izquierda elogia su compromiso con la justicia social y los vulnerables, la derecha muestra una frialdad palpable, evidenciando la relación paradójica que Francisco mantuvo con la política española. Ángel Munárriz y Julio Núñez (2025) en su artículo para El País, están destacando cómo este adiós consolida la peculiar relación del Papa con España, donde su figura al frente de una institución conservadora generó más simpatías en la izquierda que en la derecha.

Elogios desde la izquierda: Un legado de justicia social

Desde el Gobierno y sus aliados de izquierda, las reacciones están siendo unánimemente positivas, resaltando el compromiso de Francisco con la paz, la justicia social y los más vulnerables. El presidente Pedro Sánchez, aunque evitando una foto personal con el Papa, está destacando su dedicación a estos valores. Félix Bolaños, ministro de Presidencia, ofreció una declaración institucional elogiando su legado histórico. Yolanda Díaz, de Movimiento Sumar, quien tuvo un encuentro significativo con Francisco en el Vaticano en 2021, está describiendo al Papa como «un embajador del trabajo decente, de la paz y de la justicia social». La ministra de Sanidad, Mónica García, está subrayando su preocupación por el cambio climático, la pobreza y la desigualdad.

Incluso desde las filas comunistas, figuras como Antonio Maíllo (IU) y Enrique Santiago (PCE) están expresando su reconocimiento y sintonía con el Papa, destacando sus valores de fraternidad y respeto al medio ambiente. En Podemos, Irene Montero está afirmando que Francisco «usó su poder contra la desigualdad» y contra las políticas migratorias de Donald Trump. Todas estas reacciones están reflejando una apreciación por la obra papal que se alinea con valores progresistas.

Frialdad desde la derecha: Discrepancias ideológicas

En el terreno conservador, las reacciones están siendo más medidas y, cuanto más a la derecha, más frías. Jorge Mario Bergoglio no ha logrado seducir al PP como lo hicieron Juan Pablo II y Benedicto XVI. Antiguos desacuerdos, como las críticas de Isabel Díaz Ayuso a las disculpas del Papa por los «pecados» de la Iglesia durante la conquista de América, están siendo recordados. Ayuso argumentó que el legado español fue llevar «la civilización, la libertad y el catolicismo» al continente americano.

Feijóo, actual líder del PP, se despidió del «Papa que hablaba español y a punto estuvo de peregrinar a Santiago de Compostela», reconociendo su servicio al mundo y a la Iglesia. Sin embargo, ni él ni Ayuso están subrayando ninguna sintonía ideológica con Francisco, un pontífice que criticó el «dogma de fe neoliberal» y abogó por el cuidado del medio ambiente y la acogida al extranjero.

Vox: Críticas y desconfianza

Desde Vox, las críticas hacia el Papa Francisco han sido constantes durante su papado. Santiago Abascal llegó a referirse a él como «ciudadano Bergoglio», y otros miembros del partido cuestionaron su discurso sobre inmigración. Dos curas de la Diócesis de Toledo fueron incluso reprendidos por expresar deseos de una pronta muerte del Papa. La reciente declaración del Vaticano aprobando la bendición de parejas homosexuales ha exacerbado la antipatía de sectores ultracatólicos hacia Francisco.

Abascal, en un breve mensaje, se unió a las oraciones por el alma del Papa, mientras que Ignacio Garriga, secretario general del partido, expresó el luto de los católicos y oró por su alma. Hermann Tertsch, europarlamentario de Vox, no ocultó su valoración crítica, afirmando que «desde luego no se le recordará por su amor a España». Estas reacciones están reflejando la alineación de Vox con sectores del catolicismo que priorizan la lucha contra el aborto y el fortalecimiento de la identidad cristiana de Europa.

Un legado de paradojas

La muerte del Papa Francisco está poniendo de manifiesto las tensiones y paradojas de su relación con España. Su pontificado, marcado por un enfoque en la justicia social y la defensa de los vulnerables, ha generado admiración en la izquierda y desconfianza en la derecha. La disparidad en las reacciones tras su fallecimiento está revelando una profunda división ideológica en la sociedad española, donde la figura del Papa sigue siendo un punto de controversia y debate. Como señalan Munárriz y Núñez (2025) en El País, la peculiar relación entre Francisco y España perdura incluso en el momento de su adiós.

El análisis de las reacciones a la muerte del Papa Francisco en España está ofreciendo una visión fascinante de las tensiones políticas y sociales que atraviesan el país. A medida que el mundo reflexiona sobre su legado, la manera en que diferentes facciones políticas en España están procesando su fallecimiento sirve como un microcosmos de las divisiones ideológicas más amplias que están definiendo el panorama político actual.